La ciudad.

Esquinas, aceras, calles, parques, farolas, barrios, avenidas, plazas, fuentes, bares, bancos, semáforos, carreteras, callejones sin salida, bulevares, restaurantes, palabras, voces, tiendas, viento, pasos, risas, caminos, mercados, cuestas, buses, coches, humo, sonido, escaparates, ruidos. Y al cerrar los ojos...tú. 

Otra Parte.

-Hacemos parte de lo que los alquimistas llaman el Anima Mundi. En verdad, si el Anima Mundi se limitara a dividirse, estaría creciendo pero también quedándose cada vez más débil. Por eso, así como nos dividimos también nos reencontramos. Y este reencuentro se llama Amor. Porque cuando un alma se divide, siempre lo hace en una parte masculina y una femenina.


-¿Podemos encontrar más de una Otra Parte en cada vida?


-Sí, y cuando esto sucede el corazón queda dividido y el resultado es dolor y sufrimiento.
Somos responsables por la tierra entera, porque no sabemos donde están las otras partes que fuimos desde el comienzo de los tiempos: si ellas estuvieran felices, también seremos felices. Si estuvieran mal, sufriremos una parcela de ese dolor. Pero, sobre todo, somos responsables por reunir nuevamente a la Otra Parte que conseguridad se cruzará en nuestro camino. También podemos dejar que nuestra Otra Parte siga adelante, sin aceptarla o sin percibirla. Y, por causa de nuestro egoísmo, seremos condenados al peor suplicio que inventamos para nosotros mismos: la soledad.

>Brida.

Últimamente me encuentro con muchísima falsedad a mi alrededor, de personas que nunca me lo llegaría a esperar. Al principio duele, luego va sanando, y llega un momento en el que reconsideras todo lo que ha pasado, lo ves como algo lejano y vuelves a retomar la esperanza de que hay cosas que pueden arreglarse, cambiando los términos de lo que esa palabra conlleva.
Pero nunca saldrán las cosas como tú querías que salieran. Siempre habrá algo o alguien en mi lugar, que lo acaba estropenando todo, consiguiendo que lleguemos a un sentimiento muy similar al del odio. 
¿Sabes? Me duele el odiarte, aunque para ti todo sea indeferente. 


Como alguien me dijo una vez: "Que tu vida no dependa de las personas que llegan o se van".
Y tú, por suerte o por desgracia, te has ido. Asi que no me queda otra que aprender a depender de tu ausencia.

¿Qué es la realidad?

        -Crear una realidad sólo para él -repitió Veronika-. ¿Qué es la realidad?
        -Es lo que la mayoría de la gente consideró que debia ser. No necestiariamente lo mejor, ni lo más lógico, sino lo que se le adaptó al deseo colectivo. ¿Usted ve lo que llevo alrededor del cuello? 
        -Una corbata
        -Muy bien. Su respuesta es lógica y coherente, propia de una persona absolutamente normal.: "Una corbata".
        >Un loco, sin embargo, diría que yo tengo alrededor del cuello una tela de colores, ridícula, unútil, atada de una manera complicada, que termina dificultando los mocimientos de la cabeza y exigiendo un mayor esfuerzo para que el aire pueda penetrar en los pulmones. Si yo me distrajera estando cerca de un ventilador , podría morir estrangulado por esta tela.
       >Si un loco me preuntara para qué sirve una corbata, yo rendría que responderle: absolutamente para nada. Ni si quiera para aodrnar, porque hoy en día se ha tomado en el símbolo de la esclavitud, del poder, del distanciamiento. La única utilidad de la corbata consiste en llegar a la casa y podérnosla quitar, dándonos la sensación de que estamos libres de algo que no sabemos lo que es. 
      >¿Pero la sensación de alivio justifica la existencia de la corbata? No. Aun así, si yo pregunto a un loco y a una persona normal qué es eso, será considerado cuerdo aquel que responda "una corbata". No importa quien dice la verdad, importa quien tiene razón.
       -De donde usted dedujo que no estoy loca, pues di el nombre adecuado a la tela de colores.


Paulo Coehlo.