Llueve.

Echo de menos la lluvia, esa que tanto odio cuando salgo a fumar el último cigarrillo de la tarde. Los nubarrones, tan sólo me recuerdan a que debí olvidarte y la tormenta interrumpe mis pensamientos, estallando contra ellos como un pararrayos. Tiene un compañero, el granizo. Rompe los esquemas y el caparazón invisible que tanto me cuesta construir. Es muy débil, pero prometo tallar uno más fuerte y podrá resistirlo todo. 
No me gusta que hasta el tiempo me recuerde a ti, así que colocaré mis cascos y pondré una banda sonora triste que me haga recordar los buenos momentos, y luego arrancaré con una que me reviente los tímpanos para enfrentarme a la realidad. 
Miro al cielo y el astro ilumina mi rostro húmedo por la insaciante lluvia. Siento la cálidez e inconscientemente mis labios se curvan y mis ojos se secan.


Y es que como dicen, después de una tormenta, siempre sale el sol. 

Antes latía lento, después latía deprisa. Ayer palpitaba en su cajita perfecta y hoy se ha hecho añicos. Se ha roto después de días, horas y minutos de mentiras, calumnias y sentimientos destrozados. 

Abriste la puerta y se escapó el arcoiris, de todos los colores solo se quedó el negro, indagando por la habitación. Siento como poco a poco se adentra en mis pulmones y termina en el corazón, consumiéndome de forma lenta y dolorosa. 
Eres mi adicción, eres como ese cigarro que nunca terminé.

Thinking Gray.

Hay un lugar, no muy lejos de aquí, donde los árboles se pelean por buscar el sol; donde el piar de los pájaros predomina frente a los pitidos de los coches; donde la vista no puede opinar de lo que ve, sólo callar y disfrutar; donde cada centímetro de aire es único al tacto de los dedos; donde la tranquilidad es un hecho y no un posible; donde el amor, que en tiempos tristes era un sueño inalcanzable, en la más tranquila soledad es irremediable de esquivar. Para llegar a este lugar sólo hay que cerrar los ojos. Imaginar la vida como un fulgor blanco y dejarse marear por las mareas de la estabilidad hasta que te arroje a el barco en el que como capitán sobresalen tu coraje y tu humildad. Si eres capaz de perder tu sombra y romper el frío blanco con el casco de tu barco, llegarás a ese lugar. Lo que yo llamo paraíso, y del que por desgracia sólo puedo disfrutar pocas veces, en lo más profundo de mi mente.


Quién lo dice.

Cada día suelo intercambiar algunas palabras con mis yo interiores. Tengo demasiados, cada cuál tiene un punto diferente de vista. Tengo el racional y el irracional, el pesimista y el optimista, el triste y el alegre, el tímido y el extrovertido. Me agobian entre todos. 
Supongo que es el mismo yo cambiando constantemente de parecer. Se camufla en diferentes sentimientos para confundirme aún más. 
Hay veces que me tranquilizan y otras me alteran, unas me apaciguan y otras me cabrean, unas me hacen reír y otras llorar.
Ese yo me conoce muy bien, y sabe como hacerme sufrir sin que yo lo quiera, sabe como atormentarme en las noches más largas y como hacerme desvanecerme del mundo en los momentos más cortos.


Quizás estoy desvariando, delirando, volviéndome loca.
Necesito una pastilla de cordura.

Bosque adentro.

Sentado en la sombra de los árboles de todos los bosques del reino,
el ultimo rincón del mundo en el que aun hay silencio,
lugar para el dialogo con mi mismo,interno,
intento volver a hablar después de tanto tiempo.

Yo solo se ladrar porque no encuentro las palabras
que ayer dejé escondidas por el miedo a pronunciarlas,
viste mi cara y no te supe decir nada,
y es por eso, que me despido en esta carta

Me vuelvo aire mezclado en los aromas, 
es más, si tu respiras hondo yo puedo entrar, 
colarme dentro del pulmón que oxigena tu sangre,
besar la misma carne que me hizo llorar.

Mejor será que cierres todas las ventanas si no quieres 
que yo salga y se me lleve la brisa de la mañana,
es imposible guardar el perfume de una persona,
y desde que dormí contigo no he cambiado las sábanas..


Me marcho con el viento...al ultimo rincón del mundo en el que aun hay silencio.

Escucho los graznidos de los patos de mi almohada hecha de plumas. 
Solo fue un cigarro aunque pusiera "fortuna".
La Espuma de los Días, como Boris Vian,
Luna: Te escribo en soledad lo que toda esta sala escucha.

Y ese es el peligro de ser demasiado sincero,
cuando todo el mundo opina hasta de tus silencios.
¿De que me servirá correr para tenerte lejos,
si vuelves a aparecer cuando cierro los ojos?

Sigo en la sombra de los árboles del bosque,
y tocan los grillos para mi cuando cae la noche,
alérgico a la gente y en busca de antibióticos,
sigo entre mis letras escondido de los números.

> Escúchala.

Valor de las muejeres.

"Las mujeres son como manzanas en los árboles...

Las mejores están en la copa del árbol.
Los hombres no quieren alcanzar las mejores, porque tienen miedo de caer 
y herirse.

En cambio, toman las manzanas podridas que han caído a tierra y que 
aunque no son tan buenas, son fáciles de alcanzar.  

Así que las manzanas que están en la copa del árbol, piensan para si, 
que algo esta mal con ellas, cuando en realidad,
"Ellas son grandiosas".

Simplemente tienen que ser pacientes y esperar a que el hombre correcto 
llegue, aquel que sea lo suficientemente valiente para trepar hasta la cima
del árbol por ellas.
No nos caigamos para ser alcanzadas, quien nos necesite y quiera hará 
TODO para alcanzarnos....
Aquel que llegue hasta la cima y nos alcance, deberá así también siempre 
valorarnos, respetarnos y amarnos.La mujer salió de la costilla del hombre, no de los pies para ser 
pisoteada, ni de la cabeza para ser superior. Sino del lado para ser igual,
debajo del brazo para ser protegida, y al lado del corazón para ser 
amada..."

Perfecto.

Tú eres (eras) el ser más perfecto que haya podido pisar mi mundo. Puedo sacarte miles de defectos, pero siempre estarán esas mil y una virtudes que te complementan
Eres diferente, un personaje irreal, ¿de verdad existes? Nunca había conocido a nadie como tú, y quizás es eso lo que me hace caer abismalmente en el cielo cuando estoy contigo.
Tu forma de ser, de hablar, de pasar de mí, de tratarme como un colega, de mandarme a la mierda, de no hacerme caso, de no consentirme todo lo que te pido, de ser cabezota, de no renunciar a tus principios, el no hacerme sentir como una princesa me vuelve (volvía) loca. 
Siempre conseguías perfeccionarlo cuando llegaba el momento en el que me decías algo que hacía que se me dibujara una sonrisa en el rostro. Sabías cuando callar y cuando decir lo que tenías que decir en esos momentos. 
Adoro cuando te callabas tus "te amo" por vergüenza y siempre me acababa cabreando contigo por ello. 
Después, esas palabras no volvieron a salir. Ni de tu parte, ni de la mía.

Entonces en mi cabeza comenzaron a surgir ideas, pensamientos que no eran los adecuados.              "Bienvenida, Paranoia".

Me dejabas claro más de una vez que esas sensaciones eran falsas, sin argumento y sin sentido. Sin embargo, seguías sin decirme lo que yo quería escuchar.
Ahí empezaron las distancias. Ahí cambiaron las cosas.

Trescientos Sesenta y Cinco.

Trescientos sesenta y cinco días.



Aún recuerdo cada una de las sensaciones que me embargaron en cada momento, como si hubiera sido ayer.


Recuerdo como no dormí nada en toda la noche, estaba demasiada nerviosa como para conciliar el sueño. Tuve los ojos como platos hasta las 8 de la mañana que sonó el despertador, aunque en mi estado, no hubiera hecho falta ponerlo.
Recuerdo como me levanté deprisa con una sonrisa estúpida en mis labios, dirigiéndome hacia la ducha. Me temblaba el cuerpo, era el día.
Me miré en el espejo y divisé unas enormes ojeras, no me importaba.
Estaba hiperactiva, no podía parar quieta, tan sólo metía prisa a todos los que me encontraba por el camino. Me cabreaba el que la chica que nos dejó su piso, tardara dos horas en arreglarse.
Por fin, eran las once, la hora en que había quedado con Alba. Dios mío, ya faltaba menos! Gracias al atasco, llegamos cerca las doce, pero no importaba, estaba esperándome, allí, con Lis, al lado de los autobuses. ¡Dios mío, los autobuses! ¡Ellos estaban dentro! Por fuera, aparentaba estar tranquila: "Oh, genial, pues si eso nos quedamos a ver si los vemos", claro, con algo de emoción, pero lo que me apetecía era saltar, gritar de emoción al saber que estaba al lado de sus autobuses. ¿He mencionado que eran ellos los que estaban dentro?
Dí una vuelta porque quería conocer, conocer a esas personas del "tuentifamoso". Encontré a Ness, Sonia, Ariadna, Beka, Naty, Nia... Pero no ví a aquellas personas que fueron ayer tan importantes para mí, como las que lo son hoy. 
Fuimos casi cada una por su lado, pillándo sitio para verlos salir del autobús. ¡Nunca había acumulado tanta adrenalina!
A la espera de una hora, salío Gustav, muy rápido, no salió la foto. 
Casi que después de media hora o 45 minutos, salió Bill, conseguí verle de refilón, pero estaba agobiada. Demasiada gente apretándote, demasiadas crías chillando.
Me quedé sin ver salir a Tom. Una pena.


Cola. La cola estaba mal organizada, y gracias a eso, "mi grupito" y yo nos conseguimos colar cerca de la puerta. Menuda cara y menuda potra.
Allí estuvimos hablando del mundillo, saliendo y entrando, relacionándonos con las de alrededor, nerviosas, saludando a las demás.
Mi hermana venía de vez en cuando a echarnos un ojo y a traernos de comer. No sirvió de nada, ninguna tenía hambre. ¿Quién iba a tenerla? El estómago estaba completamente cerrado.
Oh Dios mío, de repente escuchamos los ensayos en mitad de los nervios. Todas chillando. No pude evitarlo, estaban tan cerca y tan lejos. Faltaba escasas horas para poder sentirlos en directo.
"Hey You". Esa es una de las tres canciones que recuerdo. Todas cantamos a la vez, acompañándoles desde afuera. ¿Podíamos estar más eufóricas? Esos ensayos hicieron que recobraramos fuerzas para poder aguantar lo poco que quedaba para tenerlos delante.


Se acercaba la hora, eran las 6.00 y las puertas las abrían a las 7. La gente empezaba a colarse, a apretar, y los policías ya estaban preparados para organizar. Me dolían los pies de estar de puntillas, y estaba agobiándome por la calor al estar como sardinas en lata. 
Para nuesrta sorpresa, comenzaron a abrir las puertas a las 6.30 - 6.45.
Menos mal que no llevaba mochila, me libré de perder tiempo en que me la registraran.
El palacio era enorme, si hubiera estado sola me perdería por completo. No nos dejaban correr, pero todas andabamos patéticamente rápido.
Sin querer, me metí en el lado de Georg, ¡ouch!, pero salí rápido, me propuse estar en el "huevo izquiero de Tom". 
Perdí de vista a las demás cuando entré, pero ¿qué importaba? no iba a estar atenta de ellas.
Estuve dos horas de puntillas, a la espera de que empezara. Hacía una calor increíble, necesitaba agua y no la tenía. Para hacer amena la espera, empezaba hablar con las niñas de alrededor.
Llegó la hora, las 9.00. Para colmo, mi padre me llamó a esa hora para ver como iban las cosas, se me iba a salir el corazón del pecho cuando le dije que estaba empezando, y fue entonces cuando comencé a chillar como una loca.


"Welcome to Humanoid City." MAKE SOME NOISE.


Tom salió, y toda la avalancha de niñas se echó encima, no tengo queja, pues gracias a eso, acabé estando en tercera- cuarta fila.
Creo que tenía un botoncito de on/off para gritar, porque extrañamente no dejaba de hacerlo en las dos horas que duró el concierto. Así de afónica me quedé.


Recuerdo la introducción de "Break Away", no es una de mis canciones favoritas, pero la adrenalina subió enseguida, ¡menudo ritmo en directo!
Recuerdo la canción de "Pain of love", como Tom le daba a las teclas del piano. Buf, eso sinceramente me volvía loca. 
Recuerdo la canción de "Hey you", en dónde Bill estaba arriba, en las plataformas transmitiendo el ritmo. O la de Alien, la cuál me fascinaron las luces del estribillo.
Después, "Ready set Go". Mi canción favorita. No sabía como expulsar la adrenalina de mi cuerpo, puesto que chillando no se iba ni la cuarta parte. Ahora, cada vez que la escucho, se me pone el vello de punta.
Recuerdo la de "Humanoid", en la que cantó en alemán. ¡Bah! Era la que peor me sabía. 
Y después llegó la de "Phantomrider". Mandé un "llámame que no tengo saldo" a Nayla, ya que el saldo de mi móvil desapareció. (Siempre cuando más lo necesitas) Era en a parte en la que Bill hablaba, no sé que decía, puesto que de la emoción no me concentré para apreciar el inglés, pero sé que no pasaba del "me alegro de estar esta noche aquí, bla, bla" (Siempre dice lo mismo en todos los sitios a los que va) 
En esta canción, decidimos mediante un evento, cantar el estribillo en alemán, pero cuando lo hicimos salió un poco extraño, puesto que se mezclaba con la voz de Bill y al final, lo cantamos en inglés. 
Oh, después "Dogs Unleashed". Bill salía del escenario en una moto. Menudo morbo me dió. Sí, me ponía y sobretodo con las gafas de sol. ¿Puede alguien ser más sexy?
Recuerdo mis corazones en la canción de "Love and Death" y recuerdo las manos alzadas en la de "In your shadow I can Shine"
Destaco "Screaming" cuando nos pilló a todos por sorpresa cuando cantó la canción de "Monsoon" en el estribillo. Nadie se lo esperaba, fue genial.
Y como no, tengo que hacer incapié en mi canción favorita del disco, "Dark Side Of The Sun". Menudo espectáculo. En el estribillo comenzó a salir llamaradas de fuego que pude sentir en mi rostro, tuve la sensación que me quemaría la pestañas. No quería que terminara nunca. 

Luego "Zoom into me". Preciosa, y la actuación brillante. La canción comenzó con la salida del humo por su alrededor, solo estaban ante el escenario Tom y Bill, y conforme avanzaba la canción, el piano que domaba Tom, comenzó arder. Salía fuego de él, acorde con la música. Quería llorar, pero no lo conseguí.
Al final de esta canción, Bill fijó sus ojos en los míos. Fue unos segundos como pudo observar a cualquier otra persona, pero ese preciso instante, esos últimos segundos de la canción, los fijó en mí. Sonreía, tenía una sonrisa preciosa.
La última canción, "Forever Now". No podía ser, estaba llegando a su fin. Había que vivirla a tope. Me encantó, salió confeti en el estribillo y nos llenamos todas de él. 
Finalmente, al despedirse, hicieron lo típico, beber agua y tirarla al público. Para mi sorpresa, Gustav se acercó a nosotras y nos animó hacer la ola con él. Séh, eso lo tengo grabado. 
Después se fueron.


Mi alrededor estaba llorando, yo no podía, no me salía, pero sentía una profunda tristeza al saber que lo que había esperado durante meses había terminado. Mi "felicidad" el "mejor día de mi vida" duró dos excasas horas.


Fue una gran experiencia. Estuve en total unas 4 horas de puntillas, por lo tanto apenas sentía las plantas de los pies, me dolían una barbaridad.
Contemplé a la salida a otras chicas del "tuentifamoso", nos saludamos y nos fuimos. Estábamos cansadas.
Hubo chicas que se quedaron esperando a que salieran y se metieran en el autobús, pero yo ya no, no podía más. Todo el cansancio del día, se acumuló y acabó exponiéndose en ese momento.
Estuve a la espera con mi prima, y nos sentamos en el suelo, en donde estuvimos haciéndo cola unas horas antes. Hubo una chica que consiguió un pedazo de la toalla de Tom, asi que con toda mi face, le pedí que me la dejara y le quité unos hilos. Aquí los tengo guardados, en una cajita.
Recuerdo como ví en una pared "Tupeorpesadilla se ríe en vuestras caras". Menudo tipejo está hecho. Una lástima no haber vivido con él lo que he vivido estos meses para haberlo conocido en esos momentos. Aún confío que haya más oportunidades.


Llegó mi hermana a recojerme, nos fuimos, y me volví a dar una buena ducha en el piso donde nos quedamos. Después, caí rendida en la cama.


Todo había terminado. Una experiencia, inolvidable.

TE ECHO DE MENOS.

Joder, si, a ti, a ese personaje que está detrás de una pantalla ausente del mundo, ausente de todo lo que pasa o deja de pasar, ausente de mí. ¿Por qué ahora los días se me hacen tan largos? Sencillo; porque tú no estás. 
No tengo ni una señal, no sé si estás aquí o allí, no sé si me ves mientras que yo no puedo verte, no sé si me extrañas tanto como yo a ti, no sé si quiera si vas a volver, no sé NADA.
Te fuiste, y necesito que vengas. ¿Un tiempo? Éste tiempo es ya demasiado para mí.
Puedo conformarme con tres palabras diarias, así sé que estás aún aquí, lejos pero cerca.


Soy una tonta que aún espera cada día, cada hora, cada minuto y cada segundo que pasa a que aparezcas, a que digas un "ya estoy aquí. Te prometo que no me volveré a ir (de tu lado)"
¡Lo que sea! 
Vuelve ya, ¿qué piensas? ¿Qué si no apareces las cosas van a cambiar? ¿Qué los sentimientos se van a disipar? No te equivoques. Ambos sabemos que es poco probable que ocurra. 

But you leave and stay dont let dont leave
I wish you i wish you were here
darling dont go
you drag me down down again

Im broken
Im frozen now

wish you were here